09 abril 2006

LAMENTO del NIÑO ESCLAVO


En solidaridad con los más de 400 millones de niños esclavos



En las tardes duelen mucho las manos
Se rajan. El frío quema"
Se lamenta Nestor. Un niño esclavo,
Minero, curtido de amargas penas.


Las manos encallecidas, los pies descalzos,
Las aguas estridentes, acuchilladas bajan.
Se hizo el silencio. No recuerda sus años;
desde muy pequeño se hunde en las aguas.


¿Quién prestará su voz a estos niños?
¿Quién los librará de estos clavos?
¿Quién tendrá la vergüenza, amigo,
de luchar por los niños esclavos?


Mirándome de frente sin pestañear,
Dijo, con profundos y sonrientes ojitos:
"no sé cuánto gano". No podía descansar
y su paga es la de un panecito.


Engañados, arrojados en este infierno,
En las garras que devoran sus vidas,
Cementerios clandestinos llenos,
Si quieren escapar les asesinan.


¿Quién prestará su voz a estos niños?
¿Quién los librará de estos clavos?
¿Quién tendrá la vergüenza, amigo,
de luchar por los niños esclavos?


Son ya legión los niños esclavos:
mineros, prostitutas..., millones de niños
que en su tierna infancia son crucificados
en campos de concentración, de exterminio...


Sin que lo sepamos sufren diga y noche
en los pozos negros condenados,
trabajando para nuestro derroche
en las profundas tinieblas torturados.


¿Quién prestará su voz a estos niños?
¿Quién los librará de estos clavos?
¿Quién tendrá la vergüenza, amigo,
de luchar por los niños esclavos?


Francisco Sandalio



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