22 mayo 2006

HASTA MAÑANA

Ya se abrieron los cielos
y clamaron los vientos,
el misterio desvelado
con los brazos abiertos.

Para aquel que tanto ha luchado
que grande y bendita acogida,
que endulza las lágrimas
de tantas penas sufridas.

Para aquel que tanto ha sufrido:
hambre, enfermedad, dolor...
y en carne ajena. Último suspiro
manantial de misericordia y perdón.


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